Un animatic es, pongámosle, una animación a medio camino. Un boceto previo a la animación final.
Sobre este producto falto de detalles se trabaja hasta consolidar el guion, la animación, la cámara, el arte y el sonido, y los consabidos etcétera (por si me olvido de algo).
En la etapa del animatic aún se puede discutir si esto sí o si esto no. Es posible dar hasta algún volantazo si nos parece que va a quedar mejor de otra forma. Mejor avivarse ahí, en ese momento, porque…
Porque cuando pasás a la etapa de animación final y ya está todo lindo y pulido hasta el más mínimo aspecto ¡JAJAJAJA! te quiero ver con qué cara te responde el equipo de animación, el director y el productor cuando le decís «ché, y si mejor le ponemos un gorrito de lana…»
Se oscurece el cielo repentinamente, el trueno sigue al relámpago, una ventana se cierra con estrépito, un grito, otro grito, arañazo, topetazo, llora uno, lloran tres, lloramos todos, funde a negro.
Moraleja: mirar el animatic veinte veces, con ojo de ave rapaz para detectar todos los errores, inconsistencias y potenciales correcciones antes de pasar a la etapa final.