Estamos en 2021, no podemos no hablar de la covid-19. Me cuesta decirle «la» porque para mi es un bicho, «el» virus.

Hace dos años que nos vemos las caras a través de monitores. El proyecto De los parques comenzó (y probablemente finalice) con esta modalidad.

Las reuniones del equipo son exclusivamente vía zoom apuntaladas entre en la semana con varios grupos de whatsapps que cada tanto adquieren un ritmo frenético.

Lo positivo: estudio, trabajo y me reúno en jogging y chacletas. Solo me compré ropa para cubrir el torso (me encanta esa palabra). Ahorré tanto dinero! Kkkkk.

Lo negativo: si mañana de repente vuelve todo a la normalidad estoy en problemas. No tengo qué ponerme.

Fuera de joda. Empecé mis estudios universitarios pensando que iba a conocer gente re copada, a hacerme un grupo nuevo de amiguis y zácate: pandemia. Todos adentro. Peor suerte no se puede.

Me estaré perdiendo los mejores años de mi vida, me pregunto.

Mis días luminosos: trato de ponerle onda y reirme un poco y aprovechar el tiempo encerrada.
Mis días oscuros: a veces me siento así.