Caruso, F., De Laurentis, D., Roth, R. (productores) y Lynch, D. (director). (1986). Blue Velvet. Estados Unidos: De Laurentis Entertainment Group.

Como se mueren de ganas de saber de qué se trata la metáfora del inicio de Blue Velvet (mi mamá, que la vio casi en el estreno, le dice Terciopelo azul, antes traducían casi todos los títulos) se las transcribo con palabras de la Zamudio. Tomen nota:

«En la secuencia inicial de la película Blue Velvet de David Lynch, se va construyendo una metáfora con la que se representa el contraste entre el “sueño americano” y lo que subyace en lo profundo de esa realidad idílica, que es lo que disgusta, lo que hace ruido, lo que da asco.

Cada una de las imágenes y la música que las acompaña, nos remiten hacia un campo semántico que permite asociarlas con las características de una sociedad que va desde lo más luminoso hacia la oscuridad.

Inicia con una sucesión de imágenes ralentizadas que muestran un cielo límpido, flores en los jardines de cercas recién pintados de blanco, niños cruzando por la senda peatonal cuidados por un agente de policía, un camión de bomberos dispuestos a ayudar a quien lo necesite. Se sugiere una sociedad segura. La música suave, romántica y despreocupada refuerza el sentido.

De a poco y sutilmente ingresan imágenes perturbadoras: una mujer toma té mirando por televisión una película donde va a cometerse un crimen, en el jardín un hombre mayor riega el césped con una manguera que empieza a fallar, la manguera se enreda en el tallo de una planta, un insecto lo pica en el cuello, le produce un shock anafiláctico que lo tumba al piso, allí en el piso lo ve agonizando su nieto que apenas camina. Su perro, ajeno a lo que le pasa, juega con el chorro de agua.

El drama está desatado.

La metáfora termina bajo tierra, donde va a terminar el hombre muerto. Allí crujen cientos de escarabajos ocasionando un ruido repulsivo. El lado B del sueño americano.»